¿El Rock
está muerto?
Desde hace algunos años se escucha una afirmación entre la gente: “el
rock esta muerto”. En un principio pareciera una locura, pareciera únicamente
cuestión de tiempo para que apareciera otra banda de rock que protagonizara la escena
musical internacional. Sin embargo, los años pasaron, los grupos de rock
seguían siendo los mismos y se fueron haciendo viejos a las espaldas de la
juventud que decidía armonizar sus experiencias joviales, de la mano de otros
géneros musicales.
En estos años las bandas de rock
están cerca de convertirse en piezas de museo y toda una comunidad de
seguidores está cerrada a afrontar este hecho. Reuniéndose en grupos cada vez
más exclusivos, estos reviven el pasado discutiendo quien tiene el registro más
fidedigno de “la historia del rock”, asumiéndose como antropólogos de un
fenómeno en extinción que en su desesperación por mantenerlo vivo se están
convirtiendo en la razón principal de su muerte.
Así es, el rock está muriendo por culpa de sus
seguidores. El abandono generalizado de la sociedad hacia este estilo de música,
acompañado de la eclosión de otros géneros musicales exitosos entre la juventud,
ha generado un resentimiento de esta comunidad hacia la sociedad que sepultó su
preciada joya en el olvido…
Es así como se construyó la
identidad colectiva del rockero, de aquel que juzga al mundo desde la no
aceptación del cambio, con la fuerte creencia de que la música en la actualidad
necesita ser salvada por el rock. La comunidad rockera ha fijado una imagen
definitiva, cortando las alas de la imaginación y violentando la naturaleza
creativa esencial del ser humano.
Aunque sea doloroso, para no morir, el rock debe ser desentrañado del fondo estable y predecible de nuestras memorias.