Hay que disolver los conceptos,
renunciar a la alegoría,
bajar del corcel
y en silencio,
correr hasta estar solo,
fundido en la profusa vitalidad
de lo múltiple desconocido.
La página se hará vacío,
y con el tiempo
volverá a ser árbol.
La letra perderá
sus hechizos,
y la tinta volverá
a la glándula hipobranquial del murex...
La poesía se habrá ido...
Dejaré de hablar,
será la vida,
y poco a poco,
se abrirá el sendero del olvido.
Caminaré desnudo,
limpio de sombras y fulgores,
sin cura, seguro.
Eratóstenes Flores. 28/04/2018