Es la época del silencio, ya todo te lo han dicho, ya todo se halla escrito...
Y aunque el verbo es esencialmente líquido, su humedad ya nada hidrata.
El agua se ha ido...
Ante la indecible experiencia que fue el mundo, como peces partimos...
Y quise hablar; pero no pude...
y cuando pude, ante lo sublime enmudecí de nuevo...
Solía decirme a mí mismo, -simplemente, no quiero.
Pero no era cierto.
Al fin, una noche entre las sombras del abismo,
decidí hacer algo. ¡Escribir!, ¡sí!,
¡escribir, con un único objetivo!:
matar la lengua...
Ni un poeta quedó vivo...
Su saliva se secó...
La madre tierra apareció de nuevo...
Mi silencio es el centro de la época, el núcleo de ese ojo que devora la poesía...
Mi silencio es el de aquel que sabe que ha llegado tarde a su propio destino...
Eratóstenes Flores. 26/02/2018.