Frente a nosotros está el pasado, no sólo lo que es. La estela de lo que ha sido, sigue siendo y la podemos ver, sus lindes son la plenitud del aquí y el ahora. No hay grieta que trunque al espacio y el tiempo, nada en la tierra de lo que pudiera ser fragmento se puede saber.
Para algunos, el presente es un instante difícil de apresar; flujo ridículamente separado de su fuente que se estanca en la desilusión de promesas que siempre le repelen. No hay manantial para que nazca, ni mar para que desemboque...
Afortunadamente, el nuestro,abisma su apertura en el horizonte temporal y devela en nuestras vidas los misterios de la conexidad. Su cauce, nos permite imaginar lo que siempre queda a nuestra espalda para poder reconstruir la realidad: sueños sumergidos en las aguas del futuro...
Eratóstenes Flores. 11/04/2020.