El consumo responsable es un primer momento en la construcción de una solución. Las acciones proambientales individuales son necesarias; pero de verdad creo que sólo alcanzan la categoría de una elevada importancia lamentablemente transitoria. 

Me explico. Estoy convencido de que buscar soluciones en el interior del sistema de producción dominante, corresponde a nuestra condición de obediencia y aparente aceptación realista, de que el mundo tiene que ser necesariamente como está siendo, es decir, capitalista. Más allá de la miopía que late en esa aceptación, el triunfo del capitalismo sobre nuestra desorientada humanidad en busca de sentido, nos hace no sólo padecerlo (Dios aprieta pero no ahorca) sino incluso cuidarlo, perpetuarlo (Más vale malo por conocido que bueno por conocer, consumo responsable, etc.) y en ocasiones hasta amarlo apasionadamente (El que no transa no avanza. Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.). 

El carácter dominante del sistema capitalista es su realidad más expuesta a la vista. En su dominar evidentemente impositivo, hay una apropiación que trasciende toda territorialidad, un agenciamiento de la realidad que desemboca en el exterminio. “La realidad es el capitalismo y hay que aceptarlo”, reza el salmo. Y en esa inercia de aceptación estoica, fatalista; la humanidad se asume culpable, responsable de su necesaria forma de existir, y siente el impulso bajo las órdenes de su pulida obediencia de hacer algo al respecto, de actuar. 

Es claro que lo que se deja de consumir se deja de producir; pero eso está muy lejos de ser la solución. El problema es que aquello que se siga produciendo y consumiendo "responsablemente", seguirá produciéndose en la lógica capitalista de explotación exterminadora. De esta manera perpetuaremos un fruto que se está pudriendo en el árbol. Sin embargo, mientras hallamos la forma de que la crisis ambiental actual se vuelva parte de la historia y podamos contar a las nuevas generaciones cómo le hicimos para superarla; las acciones proambientales individuales, serán las que pasen el estandarte a esa otra forma apremiante de organización humana que supere al capitalismo. Sólo en ese sentido son importantes las acciones proambientales individuales, sólo en la medida en que sean un punto de fuga de esta costosa realidad. Su servicio desplegará el mayor aporte mientras dure ese tránsito, mientras el mundo no se acabe. 

Eratóstenes Flores. 29/11/2019.