¡Ni un paso atrás
ante estos hijos de la chingada!,
cerremos filas hasta que sueñen con nosotros si es que aún no lo hacen.
Acorralemos sus patrañas,
quejas y deprecaciones;
que no haya espacio ni tiempo para ellos mientras nos miren con desprecio desde sus torres, mientras nos hablen sin saber nuestro nombre;
que no quede resquicio alguno del cual puedan sujetarse,
confrontemos con ahínco la avaricia y mezquindad que los une;
delineemos implacables lo ruin de su solidaridad a ultranza donde quiera que se hallen;
en la calle,
en el Internet;
mientras caminan,
mientras se ejercitan,
mientras son “felices” fotografiando lo que comen.
Hay que romperlos,
hay que mostrarles que el único asidero del cual se puede partir es la propia alma.
¡Ni un paso atrás
ante estos hijos de la chingada!.
Eratóstenes Flores. 25/04/2020.