La lluvia sólo es fértil cuando viene de la noche, de la enigmática noche; lejos de la luz del día en la que el ímpetu de los dioses resplandece. Llueve en serio cuando la profusa ducha moja de misterio la vigilia, y en sus ecos viaja el aroma refrescante de lo que es desconocido.

Voy justo ahora a la calle para que mi flor beba, y este cuerpo mío, aún para mí desconocido, reciba el blindaje plateado que nos protege del día.

¿Por qué del día?.

Pues bien:

De día todo se mira. La amplitud del infinito luce disminuida y el misterio se desvanece.

La flor que me acompaña en este viaje que es la vida, ha bebido suficiente y me anima a reclamar para nosotros, los dominios de la noche, de la lluvia y del amor que de ahí provenga.

Eratóstenes Flores.   27/07/2018.