Vagué por las calles con piel de oro para no recorrer el llanto. Quise cruzar el río y cortar la flor de la vida, pero el tiempo poseído por el abismo, me dijo: ¿Qué es para siempre?.
Para siempre, es mi vida, dije. Lejos de las sombras, lejos del dolor, lejos de la memoria.
Ni los dioses conocen esa eternidad, dijo el tiempo poseído por el abismo.
y agregó, ¿Por qué llevas esa piel de león?.
Soy un cazador, dije.
¿Qué valor?, replicó, pues partir de ahora perderás una y otra vez eso que tanto ansías: A partir de hoy y para siempre, te será retirada periódicamente la piel, esa piel mortal que por alguna razón desprecias. En su lugar te será otorgada la piel de una bella e inmortal cazadora. Sin embargo, dado que en ti inevitablemente habita la muerte. Después de un tiempo, de manera natural tu ser intoxicará a la nueva piel y con ello perderá la virtud de la inmortalidad. En ese momento dará inicio para ti el para siempre que tanto anhelas. El proceso se repetirá para toda la eternidad. A cambio tendrás que reptar por la tierra y tu lengua será partida en dos. Ya no podrás hablar.
Una vez que el tiempo poseído por el abismo se expresó de esta manera, sentí un fuerte impulso de lamer el viento. Fin.
Eratóstenes Flores. 08/10/2016.