Crítica
Precariedad laboral, paliativos e imposturas intelectuales.
Ahora entiendo el sentido de los comerciales de Genoma Lab; del ¨libro¨ titulado: El Secreto, y el impacto social de la película: Y tú qué !@#$% sabes?
NO necesitas una pastilla para que se te quite el dolor de cabeza o el stress. Lo que SÍ necesitas es que tú y cada uno de tus familiares tenga la oportunidad de trabajar en lo que más le gusta y que dicho trabajo sea bien remunerado con vacaciones y demás prestaciones. Necesitas un sistema de seguridad eficaz para evitar la violencia, la corrupción y en general la delincuencia.
Poesía
Cuando la vida te integra.
Hoy,
al caer la tarde,
dos de mis amores participarán de lo uno.
Puedo ver en el camino
la certidumbre de lo absoluto,
la intensidad de esa comunión que
disuelve los límites en la fragua de la divinidad.
Poesía
Necios.
Cristales,
ejemplos por excelencia de orden y opulencia.
Sus brillos iluminan la noche y sin embargo,
son pura materia inerte.
Así es la cabeza de muchos,
brillante, ordenada, perfecta,
pero sobre todo muerta.
¡Qué caos tan vivificante adorna el pulso cardíaco
hecho electrocardiograma!.
¡Qué triste es la monótona y ordenada línea recta
que anuncia la muerte!.
Hubo una vez un insensato
que no conforme con comprobar que la tierra era redonda,
la midió. Se llamaba Eratóstenes y se dejó morir de hambre.
¡Qué nubes tan cargadas debieron bendecir
la oscuridad en el espíritu de este necio!.
¿Qué criatura en este planeta anhela orden en su cabeza?.
¿Acaso alguna especie con plumaje resplandeciente?.
¿Quiénes son estos loros multicolores que levantan la voz entre Tzenzontles?.
Eratóstenes Flores. 29/05/2009.
Poesía
¿Quién soy?
Un enigma para mí mismo, una incógnita que sólo aparece parcialmente y sin avisar. Una cápsula porosa que se desborda sin remedio, red vacía que ama la sensación catártica que provoca el impulso total de sus voliciones; abismo que sólo se apacigua devorándose a sí mismo consumiendo intensamente sus deseos. Una bestia fantasiosa que con la mirada se viste de alebrije, y que con la lengua lame sus ojos para sanar el ardor que suscita la plétora de imágenes bellas que se cuelan por su embudo visual, desgarrando cualquier aspiración de unidad. Una multiplicidad que se revuelca en el fango de lo mágico, de lo místico, de lo que sólo es poesía encantadora, de lo que se ubica entre la objetividad sonora de sus pronunciaciones y la subjetividad hermenéutica de las representaciones seductoras que indica. Una multiplicidad que no es una sino plural. Pluralidad por lo demás, basada en la sólida firmeza de la nada.
Crónica
Ataque de pánico.
Así, sin más y frente al vacío, repentinamente me viene la sensatez que enfrenta a todas mis sensaciones con la posibilidad de morir. Siento en mi cuerpo el pánico a plenitud sin que haya amenaza que lo provoque. Por alguna razón, se apodera de mí súbitamente un estado de alarma sin sentido, y con la adrenalina a flor de piel, lejos de cualquier peligro, mis manos transpiran el perfume de la angustia.
Es claro que no es la muerte en sí lo que me aterra, sino su inexorable posibilidad, su viabilidad, su potencia. De esto puedo estar totalmente seguro, pues en esos momentos en los que el miedo me absorbe, no hay sujetos o cosas que me circunden en los cuales pueda depositar la causa de semejante estado de ánimo. Es un miedo que simplemente no tendría por qué sentir si no fuera precisamente, porque la posibilidad de morir se encuentra ahí todo el tiempo, como una nada con toda su fuerza.
Ante la claridad de esta nada y con la convicción de su posibilidad, advierto algo más profundo, y es que cuando expreso el miedo a morir, no me refiero a la muerte como sinónimo del momento en el cual culmina la agonía. Sé que no voy a morir, no existe ninguna situación de riesgo frente a mí en esos momentos; y tampoco me refiero a la muerte de éste ó aquel ser que pudieran estar siendo amenazados frente a mí, siendo yo un mero espectador fuera de peligro, ¡no!. Me refiero más bien a la muerte en su interpretación alegórica de realidad exterminadora, de crepúsculo de lo existente independientemente de su situación ontológica. Repentinamente me asusta la posibilidad de que el mundo devenga.
Es extraño, pero existe un océano inmenso que distingue entre el seguro y firme continente que sabe de cierto que va a morir, y el individuo activo que vive la vida entre las olas, y al cual, Neptuno, le ha revelado la posibilidad de morir.
Siento en la piel el filo de todas las navajas. Me llega del horizonte un sabor ajeno. Tengo miedo, pues siento en la tierra que piso, el paso de un mundo nuevo.
Eratóstenes Flores 25/03/2009
Poesía
¿Cómo abandonar la poesía?.
Hay que disolver los conceptos,
renunciar a la alegoría,
bajar del corcel
y en silencio,
correr hasta estar solo,
fundido en la profusa vitalidad
de lo múltiple desconocido.
La página se hará vacío,
y con el tiempo
volverá a ser árbol.
La letra perderá
sus hechizos,
y la tinta volverá
a la glándula hipobranquial del murex...
La poesía se habrá ido...
Dejaré de hablar,
será la vida,
y poco a poco,
se abrirá el sendero del olvido.
Caminaré desnudo,
limpio de sombras y fulgores,
sin cura, seguro.
Eratóstenes Flores.
Poesía
Malherido
Respirar es oxigenar la facultad de herirnos. Cada inhalación es un giro en el esmeril de la piedra que afila el total de nuestras acciones; el intermitente proceso punzo cortante de vivir la vida. Para el vivo no es posible tomar distancia de este natural acto de laceración colectiva. Al que vive le duele la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto, le duele estar vivo e igualmente le duele lo no vivo, lo muerto, lo inanimado. Tal vez sólo en ese sentido el hombre es rico, pues en cuanto a dolencias se refiere, no discrimina; el que vive sabe que lo inerte lastima, que nada escapa al desgarrador fluido de la experiencia, que es imposible no vivir una vida llena de pena y castigo.
Todos sobrevolamos el mundo malheridos, con la piel arponeada por vientos secos de gigantes y diminutos anzuelos. Miramos las suaves y coloridas visiones del mundo con la vista erosionada, sanguinolenta, víctima del filo agudo que posee la profusión icónica de la naturaleza. Saboreamos el viento que nos rodea con la lengua que arroja y recibe puñaladas en cada palabra, en cada silencio. No es posible tocar la vida sin sentir lo áspero de su piel tersa y uniforme, piel que huele a adrenalina y que se respira para poder vivir.
Nuestra nariz es verdaderamente roja, no como la nariz sin sangre cuyo destello oculta el rostro derruido del actor que cubre sus fosas nasales adoloridas cuando ríe de dientes para afuera, y provoca lo mismo entre los que miran su maquillaje… nuestra nariz no es una bola estéril.
Todo el tiempo resuena en nuestros oídos el exceso de sangre que recorre nuestro cuerpo y que se desborda por nuestra cabeza, por nuestro pecho.
Somos millonarios de contusiones provocadas por una lapidación hecha de ladrillos que manchan nuestra sangre de rojo.
Eratóstenes Flores. 09/04/2008.
Crítica
Lenguaje, Cultura y Expresión.
Es sumamente violenta la manera en la que la vida se muestra. Las cosas se hacen presentes de una forma tan contundente que es imposible tomar distancia de ellas. Estamos rodeados de cosas, las tenemos todo el tiempo encima, están adheridas a nuestro ser y algo tenemos que hacer para movernos entre ellas, entre el ser que son.