Poesía
Festival del fruto
Las flores son esa multiplicidad en la que estallan los colores. Son aquello que crece sobre la tierra a partir del agua; explosiones provocadas por el sol en algunas plantas -aquellas que han alcanzado la iluminación-. Su belleza es un accidente, su utilidad una bendición; pero más allá de eso, como bien lo dijo mi padre, son lo que resta entre el eterno olvido y el día de nuestra muerte.
Las flores son el recurso didáctico que utiliza la vida para indicarnos lo que significa recordar.
Re-cordar: traer a la memoria el cordón de la vida y rebobinarlo nuevamente.
¿Dónde?. En el corazón. Por eso recordar es siempre un re-coeur/dar; es decir, darnos a nosotros mismos la oportunidad de traer a la memoria el cordón de la vida nuevamente, y rebobinarlo en el corazón.
Las flores son el sendero de nuestros muertos, el principio del espíritu...
La insondable melancolía que ondula en tus silencios, es su dulce fruto.
El mundo no es lo que es. El mundo es lo que somos, y somos flores que circundan el vacío luchando contra el olvido.
Poesía
Tenochtitlán y las fosas del "amor".
La ciudad,
de edificios herida,
flota trémula sobre sus mantos acuíferos;
cavernas ahora vacías
y de reciente re-uso hemostático para el "amor".
Poesía
El silencio.
Es la época del silencio, ya todo te lo han dicho, ya todo se halla escrito... Y aunque el verbo es esencialmente líquido, su humedad ya nada hidrata. El agua se ha ido...
Poesía
Ojo de Agua
El mundo se observa a sí mismo a través del agua. No hay perspectiva más antigua que la de los lagos, los ríos, los esteros y en general no hay perspectiva que preceda a la de toda la hidrografía terrestre.
La definición de manantial debería sugerir el nacimiento no sólo del agua, sino de la visión, y no de forma laxa sino profunda, como lo hace una de las preposiciones más hondas del español en la oración: ojo "de" agua.
¿Qué es lo que este "de" implica?
En su función de posesión, que la vista le pertenece al agua.
En su función de origen, que la vista proviene del agua.
En su función de materia, que la vista está hecha de agua.
En su función de contenido, que la vista es un espacio ocupado por agua.
En su función de tiempo, que la vista es el pasado, presente y futuro del agua.
En su función de causa, que la vista es implicada necesariamente por el agua.
En su función de abundancia, que la vista es una profusión de agua.
Y llevando al límite la inundación de la ontología que vistió al ser con traje de νερό en la Grecia antigua, podríamos decir que la vista es el agua o que la vista es el ser.
Narciso se enamora de su imagen cuando ve su reflejo en las aguas de una fuente, y absorto ante sí mismo, sin la fuerza suficiente para dejar de contemplarse, el presunto joven hermoso se lanza a las aguas y en ellas encuentra la muerte.
La vista entonces, no sólo es el ser, sino la muerte misma, es decir, el no ser; visión de eso que no puede ser visto.
Todo monstruo marino es el reflejo de una subjetividad cuya sensibilidad le hace ver lo que no ha visto, a saber, la incógnita que somos ante nosotros mismos.
El espejo, es el cuerpo de agua en el que por primera vez nos vimos.
Eratóstenes Flores 22/01/2018
Poesía
Giros en torno al sol.
Hace 42 años caí de luna sobre un tablero de ajedrez. En algún momento me preocupaba saber si el escaque en el cual había yo iniciado el juego era blanco o negro; pero pronto el harpa de Orfeo disolvió en sus melodías los límites cromáticos del mundo.
Poesía
¿Quién quiere estar sólo?
Creo que primero fue la co-existencia,
que en un inicio habitábamos un espacio
que iba más allá del espacio físico-geométrico
pero que luego llegó el pensamiento, y la vanguardia
que relegó el libre juego de la imaginación al ámbito
de la anarquía se hizo paradigma.
Poesía
¿Qué es para siempre?
Vagué por las calles con piel de oro para no recorrer el llanto. Quise cruzar el río y cortar la flor de la vida, pero el tiempo poseído por el abismo, me dijo: ¿Qué es para siempre?.